miércoles, 6 de agosto de 2014

Crítica Infiltrados en la universidad

22 Jump street


Anoche acudimos al preestreno de Infiltrados en la universidad, segunda entrega de la saga protagonizada por Jonah Hill (El lobo de Wall Street) y Channing Tatum (Asalto al poder), que será oficialmente estrenada en la cartelera del país el día 22 de agosto.

Esta segunda parte rompe con el convencionalismo clásico de que las segundas partes nunca fueron buenas, porque si te gustó la primera película esta es infinitamente mejor, suponiendo una sátira de todas las películas de policías y exponiendo las situaciones más absurdas que estamos hartos de ver (el típico monologo del malo antes de acabar con el protagonista, las persecuciones, etc...).
A lo largo de la película se aprecia que la trama tiene gran similitud con su predecesora, hecho que han preferido enfocar hacia el lado cómico y admitiendo durante la cinta que el caso es prácticamente idéntico al anterior.


Por su parte, el guión es mucho más sólido y las situaciones cómicas, si bien absurdas, son de mayor calidad y cantidad que en Infiltrados en clase. 
Los actores introducen numerosos guiños o comentarios sobre otras sagas de películas o películas que ellos mismos han protagonizado de la manera más sútil y camuflada (llegando al punto de que el personaje de Tatum proponga entrar al servicio secreto para defender la Casa Blanca, papel que interpreta en la película de Roland Emmerich  Asalto al poder). 

No podían faltar en esta película los cameos de otros actores (como el de Seth Rogen durante los créditos) aunque en menor cantidad que en Infiltrados en clase, donde pudimos ver a Johnny Depp y Peter DeLuise (actores de la serie original en la que se inspiran las nuevas películas) un breve instante hacia el final de la película.


Durante las dos horas de metraje el espectador se sentirá cálidamente entretenido, pudiendo disfrutar de las rebuscadas situaciones, absurdos y originales comportamientos de los protagonistas y la constante acción y velocidad que caracterizan esta película.

Hemos de reconocer que aunque, en un principio con su predecesora, nos mostráramos reacios al peculiar binomio Tatum-Hill cada día nos gusta más esta pareja de policías. Han sabido conjuntar la personalidad del musculitos con la del cerebro y convertirles en un equipo fabuloso. 

El final podría perfectamente dar pie a una tercera entrega, dejando un par de cosas sin resolver, y desde luego siendo realmente fácil inventar otro caso similar para seguir explotando a la gallina de los huevos de oro, además de las múltiples evidencias durante la película que podrían introducir la tercera entrega. En esta ocasión el tiro les ha salido realmente bien, porque han sabida enfocar hacia el absurdo los parecidos y dotar de mayor originalidad a la película, esperemos que de hacerse una tercera entrega respeten ese mismo patrón. 


A pesar de todo, los créditos finales, quizás demasiado extensos en cuanto a la parte final de la película, enfocan con humor la posibilidad de extender esta saga hasta la saciedad, pudiendo significar que como mucho harían una o dos películas más de Infiltrados.

En definitiva, esta segunda entrega es infinitamente mejor que la primera. Una mezcla entre el humor inteligente y el humor más absurdo posible sazonado con un buen número de situaciones y giros de argumento o eventos inesperados que dotan de gran agilidad a la película. Perfecta para disfrutar con toda la familia y encarecidamente recomendable. 

Valoración:

7/10

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