lunes, 8 de septiembre de 2014

25 años de Cinema Paradiso

Cinema Paradiso 


Hace ya veinticinco años de su estreno, pero eso no implica que Cinema Paradiso haya caído en el olvido, porque desde luego eso no es así.
Esta semana, la película más conocida y posiblemente la mejor obra del gran cineasta italiano Giuseppe Tornatore regresa a algunas salas de nuestro país para permitir a los jóvenes y veteranos espectadores y aficionados a Cinema Paradiso volver a disfrutarla en la gran pantalla.



La película es una emotiva historia que desarrolla la vida de un pequeño revoltoso incapaz de estarse demasiado tiempo quieto que encuentra su pasión en la cabina de un cine, donde aprenderá todo lo necesario sobre el cine y sobre la vida gracias a la ayuda y los consejos del proyeccionista.

El joven Totó, al que vemos durante las tres etapas de su vida (infancia, juventud y adultez) interpretado por Salvatore Cascio, Marco Leonardi y Jacques Perrin aprenderá a amar el cine gracias a Alfredo, al cual da vida Phillipe Noiret, y acabará dedicando su vida a ese placer que supo apreciar desde tan pequeño.




Cinema Paradiso no es una película cualquiera, es una película que realmente marcó a múltiples generaciones de cinéfilos desde su estreno en 1988.
Supone un canto a la vida y una lección de vida camuflada en todas las frases y mensajes que mayoritariamente Alfredo transmite a Totó a lo largo de la película, y que por ende se transmiten al espectador durante las dos horas y media que dura esta cinta.

No es simplemente el hecho de ver como el joven ilusionado con el cine crece y cambia con el paso de los años, es también poder ver como aprende todo lo que Alfredo sabe del cine, como coge su primera cámara y empieza a filmar cosas del día a día y como un hombre ya canoso y triunfante en el mundo del cine regresa a la ciudad que le vio crecer para dar un último adiós a la persona que le enseñó todo.



Sin lugar a dudas Cinema Paradiso es una película de culto y un clásico del cine veinticinco años después de su estreno.
La emotividad con la que se desarrolla la trama, las situaciones cómicas que rodean al pequeño Totó y los acontecimientos más agridulces que lo acompañan durante su madurez son un calco de la vida misma y no dejan a ninguno al margen de la película.

Una gran oportunidad para poder revivir el clásico desde una cómoda butaca que no se debería dejar pasar ni por un momento.



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