domingo, 23 de noviembre de 2014

Crítica Her

Her


Spike Jonze, director de "Como ser John Malkovich", dirige una película repleta de emociones, sentimiento y humanidad camufladas en una cinta con un argumento extraño e inquietante.

Protagonizada por el tres veces nominado al Oscar Joaquin Phoenix y con un reparto de categoría con actrices como Amy Adams, Olivia Wilde y Scarlett Johansson, la cual tiene un papel de gran relevancia en la película, pero de una manera un tanto peculiar.


La película se desarrolla en un futuro no muy lejano en torno al personaje de Phoenix, Theodore, el cual es un escritor de cartas por encargo que se encuentra en una etapa complicada de su vida, teniendo que hacer frente a un divorcio traumático de una mujer de la que él todavía está locamente enamorado.

En este mundo futurista, con una tecnología vanguardista que permite a los usuarios interaccionar con los dispositivos sin siquiera tener que sacarlos de su bolsillo, Theodore encontrará un pilar fundamental en el lugar menos pensado.
Theodore conocerá a Samantha, la cual no es sino una nueva actualización de su sistema operativo, dotada de conciencia propia y capaz de emular sentimientos humanos.
Lo que al principio era solo una relación entre usuario y sistema se irá complicando hasta el punto de que dispositivo y hombre lleguen a enamorarse.


El mensaje que transmite esta película está plagado de connotaciones y bifurcaciones que permiten al espectador dar con más mensajes de los que podría parecer en un principio.

En una sociedad, por ahora ficticia, como la que describe Jonze en su cinta, en la que las interacciones interpersonales han quedado delegadas a un segundo plano, y la gente invierte la mayor parte de su tiempo con las máquinas del futuro, se describe un proceso deshumanizador que realmente hiela la sangre a cualquiera que vea la cinta.

La película trasciende mucho más allá y no es únicamente una historia de amor, es también un grito de socorro, un aviso y una nota a pie de página para hacernos levantar nuestras vistas de la pantalla de nuestros dispositivos y descubrir un nuevo mundo más allá; un mundo distinto, más complejo y también más hermoso.

La relación entre el personaje de Theodore y su OS, Samantha, es la perfecta ejemplificación de como un hombre desesperado, que lo ha perdido todo, a veces solo necesita apoyo y tener alguien junto a él, sin embargo en una comunidad como esa no es algo sencillo de conseguir.

El personaje de Amy Adams es también de gran relevancia en la película, ese amor olvidado de años atrás que nunca ha llegado a curarse en una de las dos partes y que ha de ser capaz de vivir día tras días sin poder expresar abiertamente sus sentimientos.


En definitiva, una película enternecedora y apasionante que bien la valió tres nominaciones en los premios de la academia de Hollywood el año pasado, ganando el premio a mejor guión original, indiscutiblemente merecido al gran trabajo de Jonze en un guión de sobresaliente.

Es sencillamente perfecta; la precisión con la que deshumaniza a los personajes para luego reconstruirlos y exponer todos sus sentimientos al público, las relaciones entre los protagonistas de la cinta, la fotografía de la película con sus cambios de planos y una amplia variedad de colores entremezclados.

La aportación de Scarlett Johansson a la película es imprescindible, pues sin aparecer una sola vez en la cinta está continuamente presente en forma de la voz del OS de Theodore y será la sensual voz que enamorará al personaje de Phoenix.

Sin embargo, y sin lugar a dudas, lo mejor de la película es él. Un Joaquin Phoenix implacable que es el indiscutible conductor de la película. Una interpretación digna del Oscar.

Valoración:

8,5/10




1 comentario: