viernes, 7 de noviembre de 2014

Crítica Interstellar

Interstellar


Si hay un director en Hollywood capaz de dejarnos con la boca abierta y la mirada fija en una pantalla durante casi tres horas, ese es sin duda Christopher Nolan.

Al margen de haber conseguido consolidarse como uno de los directores más valorados y precisos hoy en día, Nolan es perfectamente comparable con Tarantino, salvando las distancias, en cuanto a que todo lo que toca Christopher Nolan lo convierte fácilmente en oro.

Y es que hasta la fecha ha dirigido nueve largometrajes, de los cuales seis se encuentran en la lista de las mejores 250 películas de la prestigiosa web popular IMDb, ostentando puestos realmente envidiables (desde un número 4 para su "Caballero oscuro", 13 para "Origen", el puesto 40 para "Memento", posición 51 para el truco final "El truco final", 52 para "El caballero oscuro: la leyenda renace" y la 107 para "Batman begins"). Y francamente, no nos sorprendería lo más mínimo que "Interstellar" pase a formar parte de esta lista de un momento a otro.


En la película, Nolan nos presenta una trama trágica, con unas posibilidades bastante escasas de supervivencia para la especie humana en un planeta que agoniza tras años y años de sobreexplotación y excesivas actividades que no resultan demasiado favorables para la Tierra.
Es en esta situación tan desesperada, que unos pocos hombres, y de manera bastante casual, emprenderán una peligrosa misión que posiblemente sea solo un viaje de ida a donde nadie ha ido nunca antes.

La idea de la misión es sencilla, encontrar planetas sostenibles, igual de viables que la decrépita Tierra, para poder evacuar a todos sus habitantes o crear una nueva colonia de cero en un nuevo hogar.
Como es de esperar la película no será un camino de rosas para los valientes que emprenden el viaje, sino que habrá múltiples peligros acechando en cada paso que den.

Nolan ha sabido confiar, muy acertadamente, en el oscarizado Matthew McCounaghey para llevar la voz cantante de la película, irradiando gran humanidad y credibilidad a la cinta. 
Evidentemente no estará solo en esta aventura, sino que le acompañará un amplio reparto estelar, con algunos de los actores fetiche de Nolan. Entre ellos encontramos, como no, al veterano actor Michael Caine, que se ha perdido pocas películas de Nolan, la magnífica Anne Hathaway, Jessica Chastain, Casey Affleck, Wes Bentley y la inaudita sorpresa en el reparto con la aparición repentina e inesperada de Matt Damon.


Muy poco malo que decir de la película por nuestra parte.

La cinta muestra una historia de ciencia ficción que quizás no ande tan lejos de lo que pueda llegar a ser la realidad en un tiempo. Un futuro casi apocalíptico, con escasez de alimentos y fenómenos meteorológicos que amenazan con engullir la vida humana y borrar cualquier resto de su existencia.

Es inevitable realizar una comparación entre esta película y una de las cintas por excelencia de Stanley Kubrick como fue "2001, una odisea espacial", e incluso con algunos elementos similares a "El planeta de los simios" con respecto al paso del tiempo en el espacio respecto con la Tierra.

En una película de estas magnitudes, la realización de unos efectos especiales de calidad resulta imprescindible, algo así como fue el caso de "Gravity" el año pasado, que de hecho le valió varios Oscars precisamente por ello.
Pero apartando esos efectos especiales, tan acertadamente realizados, la película trasciende mucho más allá, no cae en vacío si el espectador presta atención a los diálogos (a menudo quizás demasiado confusos por la utilización de una terminología física tan concreta) pues se plantean cuestiones de gran valor e interés que el ser humano se lleva haciendo desde el principio de los tiempos. Preguntas sobre el amor, la vida, la finalidad de nuestro ser, es decir, cuestiones morales que realmente aportan algo más que simple acción a la película.


En definitiva, impecable. Una auténtica obra maestra del cine, que hasta el momento está siendo valorada y reconocida como tal.
No es una película intrascendente, que pueda caer en saco roto y no nos aporte nada al salir de verla, sino que es una autentica incógnita en sí.
Las casi tres horas que dura no suponen un problema para aquellos que vayan con ganas de ver la película, y concienciados de que van a ver una película con mucha terminología sobre física y astronomía, para la cual es imprescindible ir con la mente muy abierta.
El guión sólido como una roca, sin fisuras notables, y desde luego una dirección perfecta con un reparto "interestelar".

Valoración:

9.5/10



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