jueves, 21 de mayo de 2015

Crítica de Sweet Home

Sweet Home


No son pocas las veces en las que últimamente el cine español está rompiendo con los estereotipos de que nuestro cine nacional tenga que ser por obligación flojo. 
Es cierto que en la historia del cine español se han producido más películas de calidad media baja de las que nos gustaría reconocer. Sin embargo, en los últimos años el cine español está pegando una repuntada considerable gracias a algunos de los directores más experimentados de la industria y otros directores noveles que también sorprenden a la crítica para bien.

Pues bien, "Sweet Home" no entra dentro de esta categoría de películas nacionales que puedan reafirmar nuestra firma cinéfila. Más bien todo lo contrario.

Clasificada como cine de terror, dista mucho de ser realmente perteneciente a dicho género. Deja mucho que desear en cuanto al desarrollo de la trama y dilapida por completo cualquier elemento llamativo o interesante que pudiese empezar a elaborarse en el desarrollo de la trama.


La historia gira en torno a Alicia y Simón, una joven pareja que se verá puesta en una situación de extremo riesgo por culpa de una imprudencia de Alicia.

Alicia, que sin quedar muy claro a que se dedica su personaje en la cinta, se desplaza a una bloque de pisos de un céntrico barrio de la ciudad de Barcelona donde tan solo queda un inquilino.
El hombre en cuestión es ya un señor de entrada edad que durante la visita de Alicia la comenta que han estado intentando echarle de su casa para poder construir otro edificio en el espacio que ocupa su bloque.

Alicia, en un acto impulsivo y no muy meditado, coge unas llaves de la puerta principal con la intención de llevar a su novio, Simón, esa misma noche como sorpresa de cumpleaños.

Todo se complica una vez llegan a la vivienda. Ya entrada la noche la pareja oye unos ruidos provenientes del piso del anciano y Alicia, movida por la curiosidad, subirá al piso para ver que ocurre.
En el interior, Alicia descubre el cuerpo sin vida del anciano sobre su cama, pero no está solo en la casa, pues coincide con que el anciano ha sido asesinado por unos misteriosos hombres de negro.

La pareja quedará encerrada en la casa, teniendo que jugar al ratón y al gato con esos tres hombres, de dudosa eficacia como sicarios, y los refuerzos que posteriormente llegarán para complicar más aún la noche a la pareja.


Poco que decir sobre el equipo de la cinta, pues tanto su elenco como su director son provenientes del mundo del cortometraje o de papeles secundarios en otras producciones de mayor o menor calado.

La cinta es la ópera prima del realizador Pedro Martínez, que ya previamente había llevado a cabo una serie de cortometrajes, como "Zombies & Cigarettes".

Ingrid García Jonsson y Bruno Sevilla (al que pudimos ver como un detective en "Mindscape") son los encargados de protagonizar el primer largometraje de Pedro Ramírez dando vida, respectivamente, a Alicia y a Simón.


En definitiva, sin más. Es una película carente de sentido y de hilo de unión o continuidad en la mayor parte de su desarrollo.
Predecible hasta la saciedad. Hay ocasiones en las que las escenas diseñadas para crear en el espectador sensaciones de horror o espanto solo consiguen crear una carcajada generalizada por la falta de realismo, lógica o sentido.

Un guión muy flojo que no consigue salvarse con las interpretaciones de sus protagonistas, que si bien no están del todo mal tampoco consiguen destacar demasiado en la cinta.

Unos planos aburridos y monótonos solo acaban de destacar más las situaciones tan ilógicas de la película y hacen al espectador dudar de la inteligencia de sus personajes.

Sin pretender ser demasiado duros, si es posible después de lo ya comentado, ese halo oscuro que rompe con la oscuridad nocturna introduciendo pequeños focos de luz, creando sombras, y un ambiente tan llamativo, como es una casa antigua de varios pisos, en el que tienen lugar los hechos son lo más destacable de la película.

Valoración:

3/10




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