viernes, 26 de junio de 2015

Crítica de San Andrés

San Andreas


Dwayne Johnson vuelve pegando fuerte a la gran pantalla con la nueva película de Brad Peyton, "San Andrés", el nuevo filme sobre la temible falla de San Andrés que divide buena parte de la Costa Oeste de los Estados Unidos.

Aunque la Roca Johnson es uno de los actores de Hollywood con mayor caché del momento y por lo general su presencia en un proyecto es sinónimo de éxito inmediato, esa fórmula no tiene que significar que las películas en las que aparezca tengan que ser de buena calidad, como ocurre en este caso con "San Andreas". Es una película gigantesca que no consigue llegar al nivel fílmico que se podría esperar.

Esta es una prueba más de que las películas de auto bombo tienen muchas probabilidades de acabar por estrellarse con la crítica internacional. Querer abarcar tanto en solo dos horas resulta imposible, y además, solo consigue mermar la calidad de un proyecto que ha costado más de cien millones de dólares. 
Aunque parece ser que el público no entiende de estos detalles y acude a ver la película a raudales, pues la película ya ha triplicado su inversión inicial en los países en los que se ha estrenado.


La película trata básicamente sobre una serie de fenómenos sísmicos que sacuden la Costa Oeste de los Estados Unidos, debido a la incidencia que tiene la falla de San Andrés sobre esta zona.

La película nos presenta una familia rota, con mucho ya vivido a sus espaldas desde el principio de la película. Los padres están en una situación difícil desde que una de sus dos hijas falleciese ahogada en un trágico accidente acuático, situación que les ha distanciado terriblemente, llevando a Ray a dedicarse por completo al trabajo y a Emma a buscar el apoyo en una nueva pareja, dejando en medio de toda esta ecuación a su hija, Blake.

Ray, el cabeza de familia, trabaja como jefe de rescate en el cuerpo aéreo de salvamento de la ciudad de Los Angeles, encargándose junto con su equipo de salvar a todas aquellas víctimas de accidentes, lo cual le dará una posición aventajada para los sucesos que ocurren después en la película.

Al principio de la trama ya tiene lugar un seísmo considerable que destruye por completo la presa Hoover, una de las más grandes de Norteamérica, y acaba con la vida del compañero de un experto en seísmos llamado Lawrence.
Estos dos expertos llevaban tiempo tratando de advertir de un inminente cataclismo de magnitud increíble que sacudiría toda la zona que se encuentra en torno a la falla de San Andrés, pero por desgracia nadie les había hecho caso.

Desoyendo los avisos de estos expertos, la historia lleva a la familia a distintos puntos del país, solo para conseguir crear una situación de tensión y carrera a contrarreloj cuando los terremotos comiencen a desatarse.
Ray hará todo lo posible para rescatar a Emma y juntos ir a buscar a Blake a San Francisco, donde la joven tratará de sobrevivir el tiempo suficiente para que lleguen sus padres, por suerte contará con la ayuda y compañía de dos hermanos que conoció en la ciudad, Ben y Ollie.


Quizás unos de los errores de mayor calado en la película fue el de encargar la dirección del proyecto a Brad Peyton. 
Con esto no queremos decir que sea un pésimo director incapaz de visualizar el desarrollo de las películas que dirige, es más bien cuestión de que se trata de un director acostumbrado al mundo del cortometraje, con solo dos incursiones previas con largometrajes.
"Cómo perros y gatos 2" y "Viaje al centro de la Tierra 2" son las dos películas que avalan, o mal avalan, el trabajo de este director. 
Dos películas que no se caracterizan precisamente por su calidad o buenos resultados que, al parecer, fueron suficiente para que el estudio confiase a Brad Peyton la dirección de un blockbuster del tamaño de "San Andrés", un proyecto que se le ha quedado enorme y con el que no ha sabido que hacer.

Con respecto al reparto de la cinta. La película son dos horas de auto bombo y ensalzamiento de la figura de Dwayne Johnson. Su personaje, Ray, es capaz de hacer lo que se le ponga delante y encima hacerlo bien.
Hasta cierto punto puede parecer creíble, pero a medida que avanza la película y las escenas se vuelven más complicadas, cada vez se hace más latente la inverosimilitud de la situación.

Carla Gugino ("Watchmen") y Alexandra Daddario ("Percy Jackson" y "True Detective") dan vida a Emma y Blake, la ex-mujer y la hija de Ray, que tienen un papel importante en la cinta pero quedando eclipsadas por la figura de la Roca.
Sin embargo, el personaje de Daddario, Blake, resulta más llamativo y creíble dentro de la medida que cabe, y dejando de lado la publicidad sexista en torno a los personajes femeninos.

Paul Giamatti ("El ilusionista") también tiene un pedazo de protagonismo en la cinta al dar vida al científico que trató de advertir al mundo de lo que iba a ocurrir. Su presencia en la película, si bien de gran valor en cuanto a su tarea de avisar a la población de los EEUU, queda limitada a un cameo largo en el que Giamatti aparece durante diez minutos contados tratando de salir por la tele para advertir y poco más.


En definitiva, una película de acción más. En realidad no aporta gran cosa al espectador.
Han querido abarcarlo absolutamente todo en una película de solo dos horas, lo cual es imposible. 
Se ha intentando combinar al menos cinco géneros de cine distintos, incluyendo una cantidad absurda de desgracias físicas y geológicas que solo sirven para el engrandecimiento de los personajes.

Las figuras femeninas quedan delegadas a una visión algo machista en la que esperan a ser rescatadas. De esta manera, la madre espera a ser rescatada por Ray y luego Blake hace lo mismo esperando ser rescatada por sus padres.
Por fortuna, y a expensas de perder al personaje femenino de la madre, el personaje de Blake no es tan parado ni vulnerable como el de la madre u otros papeles femeninos de la película. Blake sabe nociones de supervivencia que pondrá en práctica para poder sobrevivir hasta que sus padres los encuentren, pues no se separará de los dos hermanos, interpretados por Hugo Johnstone-Burt y Art Parkinson (Rickon en "Juego de Tronos").

Lo único que merece la pena de la película, donde sí se puede apreciar el gasto de recursos que se ha realizado, es en los efectos especiales. Realmente es abrumador ver con que realismo tienen lugar los seísmos, se derrumban los edificios o un tsunami se prepara para hacer de las suyas, una prueba más de como han intentando meter todo fenómeno imaginable en la trama, aunque eso sea absolutamente imposible.

Podríamos decir incluso que todo el presupuesto se ha ido a los efectos especiales y a cubrir los sueldos de los actores, porque el resto de elementos de la película dejan mucho que desear.
Un guión pobre, por no decir endeble por completo, con una historia sencilla que no apuesta por innovar, sino que se mantiene en los tópicos del cine de catástrofes, tratando de convertir esa convicción de que el cine de catástrofes triunfa en un éxito.


La dirección, por desgracia, deja mucho que desear. Hemos podido ver recientemente directores del mundo del corto o producciones pequeñas debutar con gran éxito en producciones más ambiciosas y de mayor tamaño. Por desgracia, Brad Peyton no ha sido capaz de hacer frente a dicha labor y ha acabado sepultado ante la responsabilidad de dirigir algo tan tremendo.

No todo son quejas con esta película, tiene sus cosas buenas y hay que decirlas. Desde un primer momento se muestra la encomiable tarea que el equipo de rescate de helicópteros desempeña y se pueden ver algunas de esas técnicas utilizadas de primera mano, lo cual resulta interesante y enriquecedor para el espectador.
Sin embargo, se ha preferido obviar por completo al equipo de Ray de la trama, que podría haber tenido más peso en la película ayudando a la familia o con alguna otra participación añadido. Sin embargo, han preferido cortar por lo sano y prescindir de estos personajes más allá de la primer media hora de película.

A pesar de todas las pegas y puntos débiles que la película ha acabado teniendo, que no son precisamente pocos, es increíble ver como la primera hora de película se pasa volada. 
El espectador casi no se da cuenta de que ya se ha quemado la mitad del metraje, pues aunque ya se  aprecien elementos algo absurdos desde el minuto uno, no será hasta la segunda mitad de la película cuando el espectador pueda empezar a aburrirse.

La película, que como ya hemos mencionado anteriormente trata de aunar varios géneros cinematográficos en uno, mezcla el cine de acción, con el romance, con la tragedia-drama e incluye unos intentos de comedia con algunos chistes que tratan de generar la carcajada en la sala. Si bien algunos lo consiguen, la mayor parte de la risa viene generada por las partes inverosímiles e imposibles de la película, donde el espectador se ve obligado a sonreír al menos para poder hacer frente a esa situación. 

Valoración:

4,5/10

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