viernes, 29 de mayo de 2015

Crítica de Mad Max furia en la carretera


Mad Max Fury Road


¡¡¡MAD MAX HA VUELTO!! Y con más fuerza que nunca.

Rara vez el remake de un gran clásico ha conseguido estar tan a la altura de su predecesor. Y si encima nos referimos a una trilogía de culto como es Mad Max, que desde su estreno ha marcado un punto de inflexión en el cine de ciencia ficción y ha inspirado o motivado infinitas películas, novelas o videojuegos, la sorpresa ha sido absoluta.

El miedo por parte de los grandes fans de la saga cuando se anunció el reinicio de la saga con otros actores fue absoluto. ¿Porque había que tocar algo que ya era perfecto? ¿Quien iba a estar a la altura del Max Rockatansky de Mel Gibson?
A priori las respuestas a esas preguntas eran evidentes. No había que tocar Mad Max, el resultado podría ser pésimo, y nadie parecía poder llegar al nivel de Mel Gibson.

Sin embargo, las voces de crítica se han tenido que callar por obligación tras ver el fenómeno que ha sido Fury Road.
No solo el regreso de su creador, George Miller, que ha sido el encargado de escribir y dirigir esta nueva entrega, era ya un punto bueno que despertaba un halo de esperanza en los seguidores, sino que ha sido la clave del éxito.

Esa clave del éxito de la película radica básicamente en la tremenda perfección en cada detalle de la trama, de los personajes, de las escenas y del entorno recreado para la acción, eso por no mencionar el regreso de los maravillosos engendros automovilísticos que tan bien caracterizaban a las películas de la saga original.


Si definimos la trama como lo que es realmente es posible que más de uno piense que ha sido una locura que un realizador haya hecho algo así. Y es que realmente la película son dos horas de una persecución de vehículos a gran velocidad, y además, en línea recta, primero hacia un extremo y luego de vuelta.

Con esa definición literal de lo que es, resulta comprensible que la gente pueda preguntarse como puede dar tanto juego para mantener durante dos horas unos cien coches corriendo por el desierto.
Pues finalmente resulta que sí. No solo es que hayan conseguido realizar una película de dos horas de una persecución, sino que además es perfecta en todos los sentidos.

La trama comienza con Max siendo apresado por una terrorífica tribu (o secta si lo preferís) de hombres y mujeres deformes que, tras el holocausto nuclear que ha sumido a la población mundial en un futuro post apocalíptico, deciden seguir a un brutal fanático, conocido como Inmortan Joe, y a sus hombres.

Max pasa a convertirse en una "bolsa de sangre" para uno de los hombres de Inmortan Joe cuando de pronto Inmortan Joe descubre que una de sus mejores soldados, Imperator Furiosa, se ha llevado a todas las mujeres de Inmortan Joe escondidas en un camión que se dirigía a por combustible en una misión desde la ciudad principal.

Inmortan Joe, lleno de furia, ordena a todos sus vehículos ir tras el rastro de Furiosa con el fin de recuperar a todas sus mujeres y volver a encerrarlas en su harén. El propio Inmortan Joe es el encargado de dirigir la misión en su abominable vehículo.

Es ahí cuando comienza la chicha de la película, y con ella la persecución. Evidentemente Max, aún siendo prisionero, no se queda fuera de la acción, y es que sigue siendo la bolsa de sangre del conductor suicida de Inmortan Joe, que decide llevarle en el coche.

Sin embargo, la persecución se acaba convirtiendo en una locura de acero, sangre, explosiones y arena que acaba con Max convertido en el aliado de Furiosa y las mujeres de Inmortan Joe, haciendo todo lo posible por conseguir salvarlas del yugo de su opresor.


El polifacético Tom Hardy es el encargado de tomar el testigo que dejó abandonado Mel Gibson hace ya treinta años, pues la última entrega de la trilogía original de Mad Max se estrenó en el 1985.
Sin dudas, y aunque en un principio la elección del actor británico pudiese suscitar alguna que otra queja por parte de los seguidores, Hardy ha estado muy a la altura del papel, llegando a ser reconocido por el mismísimo Mel Gibson, que durante la premiere de la cinta afirmó que Hardy era el nuevo Max sobradamente.

Charlize Theron ha sido la encargada de dar vida a la peleona Imperator Furiosa que, a pesar de tener un brazo mecánico, es un chica dura de pelar que lleva a Inmortan Joe al borde de la locura y la frustración durante el desarrollo de la persecución mortal por el desierto.
Es un personaje muy bien construido y con el que resulta fácil empalizar, gracias sobre todo a la fuerza y seguridad que inspira.

Nicholas Hoult ("X-men: First Class") se mete de lleno en el papel de Nux, el guerrero a las órdenes de Inmortan Joe que está dispuesto a todo para agradar a su señor, incluso si eso implica tener que inmolarse. Su papel será fundamental para el éxito de la misión de Max y Furiosa cuando su personaje experimente un cambio radical.

Hugh Keays-Byrne regresa a la saga treinta y seis años después de su aparición en "Mad Max: Salvajes de la autopista". En esta ocasión su papel es de nuevo el antagónico de la cinta, pues se encarga de dar vida al mismísimo Inmortan Joe. Puede que muchos no hayan podido reconocer bajo tanto maquillaje al actor que en su día dio vida a cortaúñas, el malo malísimo de la película que dio comienzo al mito.

Por último; Rosie Huntington-Whiteley, Zoë Kravitz, Riley Keough, Abbey Lee y Courtney Eaton son las elegidas para meterse en la piel de las perseguidas mujeres de Inmortan Joe.

Pero lo mejor de la película es el regreso de George Miller a la saga. Se ha superado a sí mismo en el género que le vio comenzar, y es que tras haber hecho acercamientos al cine familiar (con "Babe el cerdito valiente") y en el cine de animación (con las dos entregas de "Happy Feet"), donde también ha conseguido sobresalir, es con el regreso de Max donde ha realizado su mejor trabajo, y a los setenta años de edad, lo cual es importante tener en cuenta.


En definitiva, la vuelta de Max ha sido por todo lo alto. No podrá superar a las primeras entregas en cuanto a lo épico y al hito que marcaron en su día, y que siguen marcando hoy incluso, pero sí que es una película mucho mejor que sus predecesoras en todos los aspectos.

Todo lo que podía parecer cojear en las predecesoras ha sido resuelto en Fury Road. Casi parece que Miller llevase treinta años haciendo una lista con todos los puntos flacos de la primera trilogía para poder elaborar este nuevo comienzo.
Las situaciones inverosímiles tan características de las antiguas películas siguen estando presentes en Furia en la carretera, pero de una manera más ordenada y racional, siendo posible entender la motivación de los personajes a la hora de hacer lo que hacen y tomar sus decisiones.

El guión, que era uno de los elementos más ambiguos de la primera saga, ha sido revisado por completo para esta nueva película y no cojea por ningún lado. La trama está llevada a la perfección, sin fisuras ni incongruencias (más allá de la gran incongruencia que es la película en sí).

Miller ha conseguido resucitar el género post apocalíptico con "Mad Max: furia en la carretera", que por fortuna para todos los seguidores y nuevos fans, no verá su fin tras este éxito de taquilla y crítica, ya que el propio Miller ha asegurado que aún queda Max para rato, estando el guión de la segunda entrega ya preparado.

Creando nuevos personajes icónicos desde el primer momento, como sucede con el famoso guitarrista de la película, que se ha convertido en uno de los personajes más queridos de la nueva película por su particular estética y labor en la película.
Además de ir viendo como las mujeres van adquiriendo progresivamente mayor protagonismo hasta coger prácticamente las riendas de la trama, sin dejar en ningún momento a Max de lado.


Con Fury Road, Miller ha logrado unir varias generaciones. Los padres que crecieron con las películas antiguas de Mad Max acudirán con sus hijos a ver la nueva entrega y estos espectadores más jóvenes se convencerán de ver la trilogía original.

El mensaje que Miller transmite con la película va mucho más allá de lo que parece. Además de los planos sorprendentes de la película, la ambientación y la ausencia general de croma o efectos digitales, prácticamente cada escena lleva escondido un mensaje sobre la crueldad humana, la división en clases, la lucha por el poder o la corrupción.

Sin embargo, la simbología es tan extensa que hacer referencia a ella nos llevaría todo un artículo, así que tendremos que conformarnos con asegurar que el espectador que vea la película podrá sacar varios mensajes en claro. Mensajes ocultos en algo tan sencillo como que en la ciudad de Inmortan Joe la vida, la vegetación y el agua se encuentren arriba del todo, mientras que a sus pies se encuentran los súbditos deformes y la pobreza.

Un reinicio perfecto de una saga mítica. Hardy es el nuevo Max y no hay nadie que pueda cuestionarle su puesto, que se ha ganado a pulso. Es trepidante y terrorífica, lo mejor que Miller nos ha regalado hasta el momento. Estamos ansiosos por ver como sigue creciendo el mito y se desarrollan las nuevas entregas.

Sed testigos de este momento, pues es un gran día.

Valoración:

9/10




miércoles, 27 de mayo de 2015

Crítica de Perdiendo el norte

Perdiendo el norte


Si algo es seguro es que el cine español tiene más posibilidades de ganar en lo que a comedia se refiere. Si hace unos días hablábamos de que, no obstante, el cine nacional está empezando a introducirse con mucha fuerza en géneros como el terror, el thriller, la ciencia ficción o el policiaco con mayor maestría que hasta el momento, algo que es siempre una apuesta segura es la comedia.

Ese es el hilo de comienzo que toma la comedia "Perdiendo el norte", que si bien está formada por un equipo plenamente nacional, no tiene lugar en España sino en el corazón de Alemania.

Siendo cine con denominación de origen hispánica no es de extrañar que la reflexión política y la queja social estén más que latentes a lo largo de toda la película, lo cual puede resultar monótono pero no abusa en demasía de dicho recurso, lo cual se agradece.


La película parte de una situación que es bastante común en la actualidad, como es el desplazarse a otros países para poder encontrar un empleo.
Algo que España ha experimentado con gran dureza en los últimos años, pues ha habido una fuga de cerebros nacionales constante e inmensa.

Partiendo de esa premisa la película nos presenta a dos amigos, cada uno con su carrera y su master y, por supuesto, siendo la creme de la creme cada uno en su respectivo campo, que tras años de búsqueda de trabajo sin éxito y tras ver un documental sobre la esperanzadora posibilidad de empleo en Alemania, deciden tirarse a la piscina y viajar hasta Berlín para poder trabajar en lo suyo y con un sueldo de ensueño.

Sin embargo, al llegar a Berlín se dan cuenta de que, mucho más lejos de la realidad, no es tan fácil como parecía. Las empresas alemanas no aceptan trabajadores que no hablen alemán, los germanos toman a los españoles como estúpidos y, desde luego, ninguno de los dos consigue encontrar trabajo.

Por orgullo e incapacidad no pueden volver a España y revelar a sus familias que todo ha sido inútil, por lo que se ponen a trabajar en un restaurante turco en pleno centro de Berlín, donde conocerán a dos hermanos españoles, un chico y una chica, con los que deberán compartir piso y con los que a priori no parecen llevarse muy bien.


Nacho G. Velilla es el encargado de dirigir esta comedia que, sin ser ninguna maravilla del cine nacional, está bastante entretenida y cuenta con un amplio reparto de estrellas nacionales.

Yon González y Julián López dan vida a los dos amigos que se van de España a Alemania para buscar empleo dejando a sus respectivas familias y amigos atrás. Uno dedicado a las económicas y empresariales y el otro al mundo de la investigación científica irán descubriendo el bulo que se había formado con respecto a los trabajos en países como Alemania.

Blanca Suárez y Miki Esparbé se encargan de interpretar a esa pareja de hermanos que ya viven en Berlín cuando llegan los dos amigos, y aunque inicialmente la relación entre el personaje de Blanca Suárez y el de Yon González sea un poco tensa, y casi de odio, finalmente irán desarrollando unos sentimientos bastante más profundos el uno por el otro.

Junto a estos cuatro protagonistas José Sacristán. Ursula Corberó, Malena Alterio, Javier Cámara y Carmen Machi se encargan de completar el elenco protagonista de la película, que cuenta además con algún que otro cameo como el de Alberto Chicote o el de Arturo Valls. 


En definitiva, es una película entretenida, con su mensaje y un buen trasfondo social y moral, lo cual se agradece a la hora de ver una película. 

Si bien, las situaciones inverosímiles que generan la risa del espectador a veces rallan en lo repetitivo e innovan poco. Eso hace de la cinta algo predecible, permitiendo al espectador poder imaginarse el final de la misma habiendo visto los primeros cuarenta minutos de metraje.

El reparto está bien en la película. Si una interpretación sobresale es, sin duda alguna, la de Miki Escarbé, que da vida al yonki y perdido hermano de Blanca Suárez, corriendo a su cargo los mejores golpes de humor de la película y los mejores ratos.

Su misión, que al fin y al cabo es mostrar la realidad de los desplazamientos de población en búsqueda de mejores situaciones para ellos mismos y sus familias, la han conseguido plasmar, añadiendo además ese toque cómico que la hace más llevadera.

Por lo demás, lo más destacable es el ambiente que han usado como escenario natural de la película, es decir, la hermosa ciudad de Berlín, lo cual es un plus muy importante.

Valoración:

5/10




lunes, 25 de mayo de 2015

Crítica de El gurú de las bodas

The wedding ringer



¿Quien dijo que las comedias absurdas de risa fácil estaban obsoletas? Mucho más lejos de estar obsoletas, las comedias de Hollywood siguen estando a la orden del día; y con ellas el humor va evolucionando en función del tipo de película y el tipo de audiencia a la que pueda ir dirigida.

"El gurú de las bodas" es una de estas comedias que, si bien es graciosa y hace que el espectador pase un buen rato en la butaca, no llega mucho más allá del humor convencional. Aunque sí que esconde un cierto mensaje oculto sobre una importante lección de comportamiento, la película es en sí una enorme parodia y un chiste en torno a la organización de una boda.

Este es el primer trabajo como director de Jeremy Garelick que, habiendo producido o escrito ya algunas películas previas, ahora se lanza oficialmente a la dirección cinematográfica con "El gurú de las bodas".


Básicamente toda la película gira en torno a la organización de una boda.
Por un lado tenemos al novio, Doug, el típico chico sin amigos que ha dedicado toda su vida al trabajo y que desde siempre ha tenido problemas para relacionarse con las mujeres, y por el otro lado está Gretchen, la novia, que muy distinta a Doug, ha sido siempre la chica popular con la que todos los chicos querían salir y que amigos era precisamente lo que menos le faltaba.

Siendo un completo misterio como estos dos individuos tan diferentes han acabado juntos y apunto de casarse, Doug se ve en un serio problema cuando tiene que facilitar nombres y fotografías de todos sus amigos que harán las veces de padrinos en la boda.

Ya que Doug no tiene amigos que puedan cumplir esa tarea y que no quiere que su futura esposa le vea como un fracasado sin amigos, decide recurrir a Jimmy Callahan, un profesional en crear a los novios como Doug una falsa historia de amistad y hacerse pasar por su mejor amigo durante el desarrollo de la boda.

Sin embargo, el paquete que Doug necesita es algo que Jimmy no ha hecho nunca, el "esmoquin de oro", y requerirá de todo el ingenio y esfuerzo de Jimmy para que el proyecto pueda tener éxito, para lo cual tendrá que incorporar a más miembros al peculiar grupo.

Es en este contexto en el que se van desarrollando una serie de locuras absolutas que son las encargadas de ir generando la risa en el espectador.


Kevin Hart y Josh Gad son los innegables grandes protagonistas de la película, dando vida respectivamente a Jimmy y a Doug.

La química y el buen rollo que existe entre los dos actores es simplemente evidente. Desde la primera escena ya se ve que este binomio casa a la perfección y que si algún chiste va a quedar flojo ahí van a estar estos dos cómicos norteamericanos para hacer reír al espectador con su interpretación.

En España estos personajes cuentan con la voz de doblaje de dos grandes cómicos del país que se encuentran muy involucrados en el mundo del cine, la televisión y el teatro como son Florentino Fernández (Flo) y Dani Martínez, lo cual es un plus de la versión española.

En la otra esquina del cuadrilátero, encabezando la sección femenina de protagonistas, nos encontramos con Kaley Cuoco, la actriz conocida como Penny en la serie "Big Bang Theory" es la encargada de dar vida a Gretchen.


En definitiva, es una película de humor aceptable. Sus respectivos cuatro o cinco golpes de auténtica carcajada se acompañan de algunas situaciones graciosillas sin más que simplemente consiguen generar un sonrisa en el espectador.

Está lejos de ser una gran película, ni siquiera en su género de comedia, pero sí que es entretenida de ver, teniendo en cuenta la parodia que recrea de la paranoia pre-boda.
Un guión normal por lo común, que solamente destaca en lo voraz de un par de chistes, acompaña al humor más bien infantil que lleva la cinta. Lejos de ser un humor reflexivo o inteligente busca la risa fácil mediante los golpes físicos o los chistes de caca/culo, lo cual no significa que muchas veces la consiga generar.

Sin embargo, los actores, al menos Hart y Gad, son los que realmente sobresalen en la cinta, consiguiendo llevar la producción a un buen puerto.

La película además esconde un mensaje no muy convencional en las películas sobre bodas, y es que dejando de lado las indirectas sobre el amor y demás tópicos de ese tipo de películas, se dedica a hacer hincapié en la importancia de los amigos y como nos ayudan a levantar cabeza incluso en los peores momentos, cuando todo parece realmente perdido. 
Eso es, sin duda, lo que más en claro se puede sacar de la cinta, y lo que más gusta poder entender.

Valoración:

5/10




jueves, 21 de mayo de 2015

Crítica de Sweet Home

Sweet Home


No son pocas las veces en las que últimamente el cine español está rompiendo con los estereotipos de que nuestro cine nacional tenga que ser por obligación flojo. 
Es cierto que en la historia del cine español se han producido más películas de calidad media baja de las que nos gustaría reconocer. Sin embargo, en los últimos años el cine español está pegando una repuntada considerable gracias a algunos de los directores más experimentados de la industria y otros directores noveles que también sorprenden a la crítica para bien.

Pues bien, "Sweet Home" no entra dentro de esta categoría de películas nacionales que puedan reafirmar nuestra firma cinéfila. Más bien todo lo contrario.

Clasificada como cine de terror, dista mucho de ser realmente perteneciente a dicho género. Deja mucho que desear en cuanto al desarrollo de la trama y dilapida por completo cualquier elemento llamativo o interesante que pudiese empezar a elaborarse en el desarrollo de la trama.


La historia gira en torno a Alicia y Simón, una joven pareja que se verá puesta en una situación de extremo riesgo por culpa de una imprudencia de Alicia.

Alicia, que sin quedar muy claro a que se dedica su personaje en la cinta, se desplaza a una bloque de pisos de un céntrico barrio de la ciudad de Barcelona donde tan solo queda un inquilino.
El hombre en cuestión es ya un señor de entrada edad que durante la visita de Alicia la comenta que han estado intentando echarle de su casa para poder construir otro edificio en el espacio que ocupa su bloque.

Alicia, en un acto impulsivo y no muy meditado, coge unas llaves de la puerta principal con la intención de llevar a su novio, Simón, esa misma noche como sorpresa de cumpleaños.

Todo se complica una vez llegan a la vivienda. Ya entrada la noche la pareja oye unos ruidos provenientes del piso del anciano y Alicia, movida por la curiosidad, subirá al piso para ver que ocurre.
En el interior, Alicia descubre el cuerpo sin vida del anciano sobre su cama, pero no está solo en la casa, pues coincide con que el anciano ha sido asesinado por unos misteriosos hombres de negro.

La pareja quedará encerrada en la casa, teniendo que jugar al ratón y al gato con esos tres hombres, de dudosa eficacia como sicarios, y los refuerzos que posteriormente llegarán para complicar más aún la noche a la pareja.


Poco que decir sobre el equipo de la cinta, pues tanto su elenco como su director son provenientes del mundo del cortometraje o de papeles secundarios en otras producciones de mayor o menor calado.

La cinta es la ópera prima del realizador Pedro Martínez, que ya previamente había llevado a cabo una serie de cortometrajes, como "Zombies & Cigarettes".

Ingrid García Jonsson y Bruno Sevilla (al que pudimos ver como un detective en "Mindscape") son los encargados de protagonizar el primer largometraje de Pedro Ramírez dando vida, respectivamente, a Alicia y a Simón.


En definitiva, sin más. Es una película carente de sentido y de hilo de unión o continuidad en la mayor parte de su desarrollo.
Predecible hasta la saciedad. Hay ocasiones en las que las escenas diseñadas para crear en el espectador sensaciones de horror o espanto solo consiguen crear una carcajada generalizada por la falta de realismo, lógica o sentido.

Un guión muy flojo que no consigue salvarse con las interpretaciones de sus protagonistas, que si bien no están del todo mal tampoco consiguen destacar demasiado en la cinta.

Unos planos aburridos y monótonos solo acaban de destacar más las situaciones tan ilógicas de la película y hacen al espectador dudar de la inteligencia de sus personajes.

Sin pretender ser demasiado duros, si es posible después de lo ya comentado, ese halo oscuro que rompe con la oscuridad nocturna introduciendo pequeños focos de luz, creando sombras, y un ambiente tan llamativo, como es una casa antigua de varios pisos, en el que tienen lugar los hechos son lo más destacable de la película.

Valoración:

3/10




miércoles, 20 de mayo de 2015

Crítica de Una noche para sobrevivir

Run all night



Jaume Collet Serra pone punto y final a su trilogía de acción con Liam Neeson como protagonista. Después de unas antecesoras tan llamativas y trepidantes del cine de acción como fueron "Sin identidad" y "Non Stop" podríamos afirmar que el realizador español ha conseguido llevar su propio estilo cinematográfico hasta otro nivel con "Una noche para sobrevivir".

A lo largo de estas tres películas hemos podido ver a muchos grandes actores del panorama internacional poner las cosas más difíciles o ayudar al protagonista de rigor, teniendo siempre como vínculo de unión a Liam Nesson en el papel protagonista.

En su día lo dijimos y sería poco inteligente retractarse, nos encanta el binomio Neeson-Collet Serra y esperamos que ambos vuelvan a coincidir en algún proyecto futuro.


En este caso la historia gira en torno a Jimmy Conlon, un antiguo militar y miembro de la mafia irlandesa establecida en Estados Unidos que lleva años retirado de esa vida y dedica sus horas a ahogar sus penas en el alcohol.

Sin embargo, esa vida tan triste y monótona que lleva no tarda en cambiar cuando su hijo, completamente ajeno a la vida criminal del padre que se gana la vida como chófer de limusinas, es puesto en peligro de muerte por presenciar un homicidio cometido por el impulsivo hijo del antiguo jefe y amigo de Jimmy.

Cuando todo se va de madre y el hijo de Shawn Mcguire, el antiguo jefe de Jimmy y capo de la mafia irlandesa, trata de matar al hijo de Jimmy, este se ve en la obligación de acabar con él para poner a su hijo a salvo.

Jimmy deberá recordar todas sus habilidades mortíferas de antaño para poder salvar la vida de su hijo, y la suya propia, de un antiguo amigo furioso que solo busca venganza.

Por si eso fuera poco, además de los hombres de Shawn, entre los que se encuentra un brutal asesino profesional, la policía también perseguirán al padre y al hijo acusándoles de haber acabado con la vida de dos agentes de policía.


Liam Neeson vuelve a ser el indiscutible centro de atención en "Una noche para sobrevivir", aunque eso no quiere decir que vaya a estar solo en el reparto de la cinta.

Junto a Liam Neeson encontramos un reparto ampliamente reconocido por sus años de experiencia en el mundo del cine.
Ed Harris ("La roca") da vida a Shawn Mcguire, el antiguo amigo de Jimmy que ha sido cegado por las ansias de venganza. 
El rapero Common ("Wanted") es el encargado de interpretar al mortífero asesino a sueldo que Shawn manda para acabar con Jimmy y su hijo. 
Vincent D´Onofrio ("La chaqueta metálica") es un inspector de policía con el que Jimmy ya tuvo que vérselas en su oscuro pasado y al que se ha encargado dirigir la operación para detener a los Conlon.
Por último, Joel Kinnaman ("Robocop") da vida a Mike Conlon, el desafortunado hijo de Jimmy que, tras años sin hablar con su padre, deberá recurrir a él si quiere salvar su vida.


En definitiva, posiblemente es la mejor cinta que ha surgido de la coalición cinematográfica Neeson-Collet Serra.

A priori puede parecer una cinta de acción más como otra cualquiera, con la típica trama de mafias y un guión flojo. Sin embargo, a medida que transcurren las escenas, y cada vez se pone peor la cosa para los protagonistas, se hace más evidente que tanto el guión como la trama son sólidos, con una perfecta asimilación y evaluación de todos los personajes.

En el aspecto técnico la película obtiene un gran resultado. Collet Serra se ha arriesgado mucho al introducir unos planos o unas tomas demasiado veloces o incluso complicadas de llevar a cabo. 
La suerte ha sido que el resultado es genial y realmente llamativo, confiere ese toque de velocidad y tensión que la película pide a gritos.

Unas interpretaciones muy a la altura de la cinta, sobre todo de profesionales como son Harris, Neeson y D´Onofrio, sin que eso quiera decir que el trabajo de Kinnaman quede delegado a un segundo plano.

Valoración:

8/10






lunes, 18 de mayo de 2015

Crítica de Vengadores: la era de Ultrón

Avengers: Age of Ultron


La penúltima película de la Fase 2 de Marvel está servida. Si parecía difícil llegar a superar el listón que el propio Whedon se puso tras el estreno de "Los Vengadores" y que luego los hermanos Russo supieron matizar con la segunda entrega en solitario del Capi, "Capitán América: el soldado de invierno", resulta que lo han conseguido.

"Vengadores: la era de Ultrón" consigue dejar al espectador más que satisfecho, además de introducir una serie de personajes, acontecimientos o situaciones que en el futuro del universo cinematográfico Marvel darán mucho juego.

Lo cierto es que la película tiene pocas fisuras en su realización, y a pesar del recorte de material al que el estudio sometió al realizador, el resultado, con sus casi dos horas y media, no deja a nadie indiferente.

Whedon reafirma su supremacía como uno de los mejores directores con los que la casa de las ideas ha tenido la oportunidad de contar. Y aunque esta será su última labor para con Marvel, al menos en la silla de la dirección y bajo nuevo aviso, es una de las mejores películas que Marvel nos ha traído hasta la fecha.


Retomando la trama en el punto que "Capitán América: el soldado de invierno" y la primera entrega de los Vengadores lo dejaron nos encontramos con un equipo más unido que nunca.
Ya en la primera escena de la cinta podemos percatarnos de ello en el desarrollo de una brutal batalla contra el barón Strucker en la que se introducen por primera vez a los gemelos Maximoff, Pietro y Wanda, también conocidos como Mercurio y Bruja Escarlata.

Los Vengadores siguen luchando por conseguir destruir por completo a Hydra y restaurar de nuevo SHIELD, con el fin de garantizar el orden y la paz mundial, sobre todo después del enfrentamiento que tuvo lugar en Nueva York contra los Chitauri.

Es en ese punto donde los Vengadores, tras conseguir arrebatar a Strucker el famoso cetro de Loki y habiendo conseguido escapar los hermanos Maximoff, Tony y Bruce Banner (Iron man y Hulk) pondrán en marcha el programa Ultrón, dando vida a un organismo pensante de inteligencia artificial a partir del poder contenido en el cetro de Loki.

Sin embargo, todo se tuerce y el programa Ultrón acaba por degenerar en un organismo destructivo con un odio irracional por los Vengadores y que pretende "salvar a la humanidad", pues esa era su finalidad original, a través de unos métodos de dudosa reputación.

Los Vengadores deberán hacer frente a la alianza de Ultrón con los hermanos Maximoff, respaldados por una ingesta cantidad de robots Ultrón, y conseguir reducir al mínimo posible los daños colaterales en el desarrollo del combate.

El papel de Wanda Maximoff a la hora de dividir y confundir al equipo será fundamental para resquebrajar su integridad y forzarles a huir en retirada para replantear la estrategia y reorganizar sus recursos.

Por fortuna para los Vengadores, un cambio de lealtad por parte de los gemelos al descubrir los auténticos planes de Ultrón y la aparición de un nuevo aliado conseguirá equilibrar la balanza del lado de los Vengadores.


Las grandes estrellas que ya dieron vida a los Vengadores en la película del 2012 y en sus respectivas cintas en solitario se vuelven a encargar de dar vida a este variopinto equipo.

Robert Downey Jr. vuelve a enfundarse la armadura Iron man y a dar vida al polifacético Tony Stark, Chris Evans se encarga por cuarta vez de portar el escudo tricolor del Capitán América, Chris Hemsworth es una vez más el dios del trueno Thor, Mark Buffalo sigue estando repleto de rayos gamma para dar vida al dr. Bruce Banner y a su amigo hulk, y por supuesto Scarlett Johansson y Jeremy Renner vuelven al cuero para interpretar a Viuda Negra y Ojo de Halcón. 

Por otro lado, se incorporan nuevos actores para dar vida a las nuevas incorporaciones del grupo y el temible enemigo Ultrón.
Elizabeth Olsen y Aaron Taylor Johnson son los encargados de dar vida a los gemelos Maximoff, mientras que el veterano actor James Spader se encarga de prestar su voz al personaje de Ultrón y Paul Bettany, que hasta ahora siempre había sido la voz de Jarvis en las películas de Iron man y Los Vengadores, es ascendido de nivel para dar vida al nuevo miembro del equipo, Visión.


En definitiva, no es solo la mejor entrega que Marvel nos ha traído en la fase 2, sino que es la mejor película de Marvel por el momento, casi con total certeza.

Pendientes del estreno de Ant-man y de los acontecimientos que desarrollará e irá dejando para las próximas películas del estudio, "Vengadores: la era de Ultrón" ya ha conseguido crear una ansiedad generalizada para que llegue el estreno de "Capitán América: Civil War" y se puedan resolver algunos de los misterios que se han creado con esta última película.

Más sombría que muchas de sus predecesoras, aunque siguiendo la línea que los hermanos Russo fueron levantando con "Capitán América: el soldado de invierno", "Vengadores: la era de Ultrón" presenta también una serie de conflictos morales en torno a lo que está bien y lo que está mal a la hora de actuar en aras de proteger al resto de personas.

A pesar de acabar con todo el equipo original disuelto (Hulk desaparecido, Thor preocupado por el destino de Asgard, Tony retirado de sus labores como Iron man) no tardan mucho en crear un nuevo grupo de Vengadores, que responderá al nombre de Nuevos Vengadores, y que estará compuesto por el Capitán América, Viuda Negra, Visión, Halcón, Máquina de Guerra y Bruja Escarlata.

Valoración:

9/10